Hace algún tiempo, justo antes de una importante competición internacional, tuve la oportunidad de visitar a nuestro equipo durante uno de sus concentraciones fuera de su lugar habitual de entrenamiento. La concentración se llevaba a cabo en un balneario, ubicado en una tranquila y hermosa zona con vistas a viñedos. Algunas tardes, durante sus descansos de las exigentes sesiones de entrenamiento, los deportistas acudían a la zona de las aguas termales y de descanso. Una vez allí, se tomaban su tiempo para sumergirse en las cálidas aguas ricas en minerales, relajando tanto sus músculos como sus mentes en un ambiente apacible. Algunos se reunían en grupo para conversar en voz baja, mientras que otros optaban por sentarse solos en reflexivo silencio. La serena atmósfera del balneario ofrecía un valioso paréntesis de las exigencias de su rutina diaria.
Por las noches, en la mesa del comedor, se percibía un ambiente distinto al de días de entrenamiento más intenso y sin descanso. Los deportistas parecían más relajados, con expresiones serenas y risas más frecuentes. Las conversaciones fluían con naturalidad, mostrando una profundidad y apertura que no se observaba durante las jornadas de dos o tres sesiones de entrenamiento diarias. Compartían anécdotas, intercambiaban comentarios y disfrutaban genuinamente de la compañía de sus compañeros, alargándose en la sobremesa durante un buen rato desde que se habían retirado los platos. En aquél momento, me di cuenta de que esta combinación de entrenamiento intenso y momentos de descanso intencionado no solo contribuía a su recuperación física, sino que también fomentaba conexiones personales más profundas, fortaleciendo su espíritu de equipo.
En el exigente mundo de los super-campeones, la preparación física y mental tiene la máxima prioridad, pero el bienestar emocional suele quedar en un segundo plano. Sin embargo, la restauración emocional—la cual implica recuperarse del estrés, equilibrar las emociones y revitalizar la energía mental—es crucial para que los deportistas mantengan la atención y la resiliencia frente a las enormes demandas de su disciplina. Este capítulo explora el concepto de restauración emocional para alcanzar un rendimiento óptimo durante el periodo de la PRIMAVERA. [SIGUE LEYENDO EL CAPÍTULO Y DESCÁRGATE AQUÍ EL CAPÍTULO COMPLETO]
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