La disciplina se trabaja día a día. Sin prisa, creando hábitos y conductas que propicien que, a la larga, podamos alcanzar aquello que nos proponemos. La constancia es una virtud y no debemos apresurarnos.
El filósofo griego Epicteto decía que debemos superar un largo invierno de entrenamientos y no precipitarnos para las cosas que no estamos preparados.
Disciplina, constancia, paciencia y preparación. Continúa con tu propósito, por muy difícil que esté resultando durante estos días de confinamiento, y no desistas.
